Once upon a time o había una vez cuando las teclas eran duras y las máquinas altas, cuando los sueños los escribíamos a dos tintas, negra o roja y la arroba era un símbolo para representar una unidad de masa y un rodillo negro soportaba la hoja, la cual sólo subía si la mano izquierda movía la palanca y empujaba el rodillo a la derecha para volver a empezar otra línea.
Once upon a time o había una vez cuando hacíamos café colado sobre una estufa de metal y alimentada por leña y destilando olores y proporcionando sabores diferentes y dando el pretexto perfecto para reunirse.
Once upon a time o había una vez cuando la oscuridad se la comía una lámpara de aceite y las puertas eran abiertas y cerradas por hermosas y grandes llaves de bronce o de cobre.
Once upon a time o había una vez cuando los sueños de una mujer eran acurrucados entre sus manos y su pecho con forma de flor y olor a felicidad, reflejada en su rostro y en el brillo de su sonrisa y de sus ojos.
Será pronto que será.
Esos sueños que merecen ser mimados, acurrucados en tierna y esperanzadora sonrisa...!
ResponderEliminarPreciosas palabras!
Esos sueños que la premura del diario batallar, a veces mutila sin quererlo, sin saberlo. A penas, pero los mutila.
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